El Coliseo convirtió en el mayor anfiteatro romano, con una estructura elíptica de 188 metros de longitud, 156 metros de ancho y 57 metros de altura. Su punto fuerte eran las cúpulas, diseñadas no solo para hacer el edificio más fuerte, sino también con una finalidad estética, junto con los arcos, y así se ahorraban el tener que usar columnas. Los romanos introdujeron dos nuevos órdenes: el toscano, que era aún un estilo más sencillo y el orden compuesto, en el que añadieron una combinación de toques florales a los capiteles.
Convirtiéndose en una de las estructuras más emblemáticas de Roma, Italia.
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